Algunos niños que tienen aprehensión para comer son bastante “selectivos”, tienen una dieta muy restringida, con alimentos muy específicos. También es posible que coman solo una marca de un tipo de pasta o salsa, también puede que les gusten solo las papas fritas y no cocidas, o que prefieran las comidas crujientes y no las húmedas o pastosas. Otros, exigen beber solo de su taza favorita, o que su comida no se mezcle entre si cuando la sirven en el plato o pueden tolerar solo alimentos licuados, sin frutas o verduras en presentación sólida o troceada para masticar.

Si el niño y la familia están enfrentando este tipo de conductas, la hora de alimentarse puede tornarse realmente caótica llegando incluso a las lágrimas.